El Mal del Parkinson: ¿Cuáles son las implicaciones en pacientes y familias? Infórmate con doctora experta
En el Día Mundial del Parkinson, la doctora Gabriela Ramírez, directora de Casa ISPAM, explicó algunos datos importantes sobre la enfermedad
Conocido como el mal del Parkinson, esta enfermedad degenerativa es una alteración neurológica que se presenta en el sistema nervioso central, y se caracteriza por la pérdida de las células que producen dopamina; sustancia encargada de las capacidades motoras, afectividad y regulación hormonal.
Con el objetivo de visibilizar este padecimiento e implementar formas de prevenirlo a través de la información oportuna, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 1997 al 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson.
La fecha fue elegida por la OMS como un homenaje al neurólogo británico James Parkinson, quien en 1817 describió los síntomas y características de este padecimiento, denominado en su momento “parálisis agitante”.
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Actualmente, en México no hay cifras oficiales de cuántas personas padecen Parkinson; sin embargo, la Secretaría de Salud aproxima un estimado de entre 40 y 50 casos por cada 100 mil habitantes, cada año.
Es importante destacar que el Parkinson es considerado un problema de salud pública, debido al aumento de sobrevida y enfermedades degenerativas, que podrían posicionarlo como una de las enfermedades más graves y comunes para el año 2040.
Además, los síntomas que caracterizan al Parkinson la colocan en la categoría de las llamadas “enfermedades silenciosas”, ya que comienzan de forma gradual. Es posible notar todos los síntomas hasta que las células del cerebro ya han sido dañadas o eliminadas.
Hasta el momento, pese a ser la segunda causa más frecuente de enfermedad degenerativa en los adultos, se desconoce el origen y las causas de esta enfermedad. Sin embargo, en el 15% de los casos intervienen factores hereditarios.
En entrevista con AM, la doctora Gabriela Ramírez Izquierdo, directora de Casa ISPAM (Salud Integral para Adultos Mayores) compartió algunos datos y recomendaciones relacionadas con el Mal del Parkinson.
¿De qué manera cambia el Parkinson la vida de las personas y su entorno social?
Esta condición neurológica interfiere en mayor o menor medida en la calidad de vida, tanto del paciente como de su familia, dependiendo de diversos factores; como los cuidados en casa, si el paciente recibe rehabilitación física o no, edad de aparición, y si el diagnóstico y comienzo del tratamiento se realizó de manera oportuna.
Aunque el Parkinson impacta en la dinámica familiar inevitablemente, una buena atención especializada y el trabajo en equipo de las personas que viven con el paciente son la clave para vivir bien con Parkinson.
¿En qué consiste el tratamiento?
El manejo de esta enfermedad consta de medicamentos, rehabilitación física y en algunos casos, neurocirugía para la aplicación de dispositivos que ayudan a modular los síntomas.
¿Cuál es el rango de edad en que se presenta este padecimiento?
Generalmente, los síntomas se hacen presentes entre los 50 y 65 años, principalmente caracterizados por rigidez, movimientos lentos, movimientos anormales o "temblor" en manos o piernas, trastornos del sueño, deglución o gastrointestinales, mareo, salivación excesiva, entre otros.
Síntomas:
- Lentitud de los movimientos (bradicinesia)
- Movimientos involuntarios cuando se está en reposo manifestados mediante temblores de manos, brazos, piernas, mandíbula y cara
- Rigidez en brazos, piernas o tronco (hipertonía)
- Problemas de equilibrio y coordinación
- Alteración de la marcha y postura
- Disminución del tono de voz
Una mujer de admiración
Julio Alejandro Díaz Castro y su esposa María Eugenia Talavera Silva, siempre han sido una pareja muy activa, de planes y acción; sin embargo, desde hace años, Don Julio ha visto como esa parte que tanto caracterizaba su esposa se desvanece lentamente.
“Mi esposa siempre fue una mujer muy independiente. Era una mujer de tal independencia que, por ejemplo, yo viajaba mucho y recuerdo que una vez regresé a la casa y encontré la lavadora volteada en el piso”.
“Le pregunté qué había pasado y me dijo que ella estaba reparándola, que aprendió una vez que se fijó en lo que el técnico le hizo y ya no necesitaba llamarla otra vez. De ese tamaño era mi esposa”.
Desde el diagnóstico y tratamiento de la señora María Eugenia, poco a poco los efectos de la enfermedad de Parkinson le han limitado cada vez más sus movimientos.
Lamentablemente, desde hace varios años con este padecimiento ha tenido cada vez más dificultad para moverse y dependencia de quien le ayude. Hasta hace poco aún se ponía collares y aretes, pero poco a poco su condición ha avanzado y sus dedos ya no tienen la habilidad de ponerse accesorios o realizar ese tipo de movimientos minuciosos”.
La familia Díaz Talavera se ha tenido que acoplar a las necesidades de la señora María Eugenia y aceptar su nueva realidad; sin embargo, Don Julio admitió que aún están en negación.
“Cada vez necesita más de mi ayuda, y como en toda pareja yo trato de cuidarla; estoy al pendiente de cuando le toca la medicina, preparo la comida y la ayudo en lo que necesita.
Es duro porque me acostumbré a verla siendo muy activa. En ocasiones mis hijos se desesperan, pero no con ella, sino que es más un sentimiento de negación. Definitivamente, ha sido una serie de cambios para toda la familia.
Sin embargo, yo admiro mucho a mi esposa y me siento afortunado de poder estar con ella, porque sé que si fuera al revés yo no recibiría los mismos cuidados que le doy, sino mucho más”.
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