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José Arturo Sánchez Castellanos

La delgada línea

Destinar casi 200 millones de pesos para la contratación de artistas puede confirmar la idea de que para los políticos gastarse el dinero ajeno es muy fácil, cuando debería de ser lo más difícil.

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La delgada línea

Casi 200 millones de pesos es lo que se estima aportará el Gobierno del Estado al Patronato de la Feria de León para la contratación de la cartelera de artistas de renombre internacional y nacional que se presentarán gratis en la próxima edición de la feria de la ciudad.

Al conocerse los nombres de los cantantes, grupos y bandas que estarán en el Teatro del Pueblo en los meses de enero y febrero, se ha generado una gran euforia que está superando las expectativas que se tenían al hacer esos anuncios, lo que ha ocasionado una avalancha de ciudadanos locales y foráneos que están buscando conseguir boletos, gratuitos o pagados, mismos que seguramente se agotarán en pocas horas, dejando más personas descontentas que contentas.

Ahora bien, vale la pena analizar lo que puede estar detrás de esta gran emoción, y me refiero a la obligada reflexión que debe de aplicarse cuando cualquier nivel de gobierno ejerce tantos millones de pesos en un proyecto, y más aún si se destina para contratar artistas.

Normalmente los gobernantes justifican este tipo de “apoyos” con el argumento de la multi socorrida derrama económica que esto deja a la ciudad, sobre todo en los servicios de hotelería, restaurantes, compras, etc., lo cual no es menor, pero tampoco podemos dejar de reconocer que velada, o abiertamente, la línea que divide los beneficios que deja la derrama económica y la rentabilidad electoral es muy delgada, y que seguramente tendrá influencia en los ciudadanos.

Destinar casi 200 millones de pesos para la contratación de artistas puede confirmar la idea de que para los políticos gastarse el dinero ajeno es muy fácil, cuando debería de ser lo más difícil, pues no podemos eludir la responsabilidad que tienen todos los gobernantes para ejercer los recursos públicos con parámetros enfocados en la rentabilidad social, solución de problemas de la sociedad y combate a la pobreza en el corto y largo plazo, y en este caso es evidente que los beneficios durarán tan solo unas cuantas horas.

Sobra decir lo que se podría hacer con 200 millones de pesos en materia de programas sociales gubernamentales que ayuden a incrementar el nivel de vida de los ciudadanos de forma permanente; esas comparaciones siempre son odiosas y arcaicas, pero lo que sí es un hecho, es que tanto dinero no combate a la pobreza, solo la administra, así como lo hace el Gobierno Federal.

Lo anterior cobra más relevancia si consideramos ocioso el entrar a una carrera que se ha desatado entre gobiernos estatales para presumir, a base de billetazos públicos, cuál feria es la mejor; Aguascalientes y San Luis Potosí han puesto la muestra, ahora seguidos de León. No cabe duda de que estas iniciativas generan una alegría efímera en los ciudadanos, ensalzan el ego de los gobernantes y sientan precedentes que posteriormente son muy difíciles de eliminar. ¿Eso de verdad nos va a llevar a ser una sociedad más moderna, o nos retrocede a ser una sociedad que vive y agradece el paternalismo?

No pretendo criticar de forma hueca esta iniciativa, de hecho quien esto escribe seguramente tratará de asistir a alguno de estos conciertos (pagando boleto obviamente), pero no podemos dejarnos llevar y deslumbrarnos por anuncios espectaculares, siempre hay que analizar todas las motivaciones y consecuencias de las decisiones gubernamentales, y más aún cuando involucran dinero de todos los ciudadanos aplicados en un año electoral. Nunca debemos perder la visión y el análisis crítico de las cosas, eso a veces es lo único que frena las ansias de quienes toman decisiones.

LALC

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