Como ya habíamos señalado en otras entregas a lo largo de estos 23 años de escribir semanalmente en ese prestigiado periódico AM de León, de tiempo en tiempo surgen criminales, asesinos seriales de todo tipo y características; así hemos aquí referido y descrito delincuentes con diferentes motes o bautizos de la prensa o de la opinión pública, como el “Coleccionista de bolsas”, “El Mataindigentes”, “La Mataviejitas”, “El Monstruo de Iztapalapa”, “El Matabonitas”, “El Monstruo de Ecatepec” y otros más. (Todos ellos obran en los archivos de AM, para su consulta).

Ahora el pasado 16 de abril en la Ciudad de México, fue detenido, descubierto en plena ejecución y ataque a una menor, el asesino Miguel Cortés, y dejando lesionada a la madre de la joven a quien también quiso privar de la vida.

Primeramente, solo para el contexto de los amables lectores, cabe resaltar de forma genérica que Miguel Cortés atacó sexualmente a su víctima, una joven de 17 años, cuyo nombre reservo, aunque ya se haya difundido, y luego la asesinó con un arma punzocortante; pero la madre de la víctima encontró al criminal cuando realizaba el ataque y al intentar intervenir para defenderla, ésta fue herida en varias ocasiones con la misma arma. La madre hasta el día 24 de abril aún permanecía hospitalizada. 

Durante estos últimos diez días, con una vertiginosa rapidez ha evolucionado este hecho enriqueciéndose de información con el cateo al domicilio del feminicida, con más testimonios y hallazgos de diversos objetos, luego con la declaración confesoria y detallada del propio inculpado en las audiencias, quien me recuerda de primera mano al “Matabonitas” por su forma de describir y narrar sus horrendos crímenes y su afán de notoriedad y reconocimiento.

Además, este acontecimiento detonó el análisis espontáneo de criminólogos, psicólogos criminales, maestros penalistas, criminalistas y titulares de portales periodísticos, blogs, podcasts sobre el caso y el perfil criminológico del autor, sus antecedentes, origen, causas y desarrollo de su personalidad a lo largo de sus 39 años de edad. Hay entrevistas con su hermana, otros buscan a familiares, amigos, compañeros de escuela, de algunas asociaciones o grupos a los que pertenecía como de veganos y de protección animal.

La Fiscalía General de la Ciudad de México y directamente su titular, encargado del despacho, Ulises Lara, ha sido quien informó y ha difundido algunos pormenores de la investigación hasta ahora, y por ello llamó a Miguel Cortés Miranda como feminicida serial, porque al realizar la noche del jueves 18 de abril un cateo en el domicilio ubicado en La Cruz Coyuya, Delegación Iztacalco, descubrieron restos óseos, evidencias hemáticas y herramientas; los agentes de investigación criminal y los peritos encontraron identificaciones de mujeres reportadas como desaparecidas. Al parecer serían siete las carpetas de investigación abiertas por otros tantos crímenes. Hay libretas con narraciones de muertes de víctimas, teléfonos celulares, memorias, discos, etc.

El abogado Arturo González, asesor de las víctimas, comentó que después de cuatro horas de audiencia de imputación en la Sala 7 de los Juzgados de Oralidad Penal del Reclusorio Oriente, el imputado comentó ser biólogo de profesión, su trayectoria de trabajo, y no negó los hechos sobre ambos delitos de feminicidio y de tentativa del mismo.

Por todos estos detalles ya lo han bautizado como el “Monstruo de Iztacalco”, el “Químico feminicida”, “Nació un feminicida serial”, y demás ocurrencias; algunos grupos de abogados, de estudiantes de Derecho y de criminólogos recomiendan que no sea llamado con ningún apodo, mote o etiqueta, porque eso alimenta el ego de esta clase de criminales que buscan notoriedad.

Por nuestra parte, nosotros estamos atentos a la evolución del entorno social en general y a los fenómenos delictivos que surgen de manera trascendente para ilustrar y alertar a los lectores.

Por Paulino Lorea Hernández

Escrito en Opinión el 28/4/2024 · 06:00