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OPINIÓN

Los que se fueron del dominó

Definitivamente sí es un grupo selecto de amigos muy identificados entre sí, que ha permitido esta permanencia de tantos años ininterrumpidos, procurando siempre la armonía.

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Los que se fueron del dominó

Desde el año 1996 fui invitado por los amigos Santiago Hernández Ornelas, Jorge Kirchner y Rafael Salinas, a unirme a un grupo para jugar cuartetos de dominó en parejas, los lunes para comer, de 2:30 a 4:30 p.m. y luego a jugar normalmente dos rondas; esto es, pasar la tarde platicando, jugando, conviviendo pues, así lo hice y han pasado los años con muchos recuerdos y anécdotas.

Inicié en el lugar que ocupaban en ese entonces en un restaurante de nombre “El Mesón de los Coras”, pero el que se ubicaba allá por la Calzada de los Héroes, porque hubo otro en avenida Insurgentes. Casi siempre entre los que llegábamos a comer y otros a la hora de jugar, sumábamos en promedio dieciséis personas, o sea, cuatro mesas. Platicaban que ya venían de haber jugado antes en un bar-restaurante allá por la colonia Andrade, en una esquina donde se ubicaba un estadio ya desaparecido.

De allí, un tiempo fuimos recibidos en el restaurante y luego en un salón o en la terraza del Hotel Holiday Inn Bugambilias o Poliforum como también se le conoce. Quienes auspiciaban esta hospitalidad y hasta la fecha, han sido los hermanos Padilla encabezados por Arnulfo y los demás como Ismael, Concepción (Chon), José de Jesús y Librado; aunque para mi apreciación el factor de unión, camaradería, solidaridad, bondad y calidez de trato, infaltable a la hora de la comida, lo ha sido Don Chon Padilla, esperándonos y recibiéndonos con afecto, siempre con un saludo incluyendo algún comentario personal a cada uno. Después cambiamos a la sede actual.

De manera si bien no formal o ceremonial, sí puntual a las 4:20 p.m. Don Chon pide a nuestro apreciado amigo Enrique Olvera, realice el “sorteo legal y democrático”, como le llamamos para integrar los jugadores a las mesas de juego sin admitir ajustes ni reclamaciones. El ejercicio mental desarrollado y la convivencia amistosa propician el relajamiento de los participantes, incluyendo la máxima de algunos médicos de que ese tiempo es bastante benéfico para la salud, mental, emocional y de afecto, humano muy humano. Obvio, prohibidas las apuestas y bienvenido el honor, el sarcasmo, los buenos chascarrillos y alguna que otra burla sin escarnio ni llegar a ofender.

A lo largo de estos 28 años he contemplado la inclusión y la retirada de muchos miembros; más de alguno de los asistentes ya admitidos ha querido llevar invitados sin avisar o pedir consentimiento al grupo decano, con más antigüedad y a los representantes del recinto, se trata a veces de desconocidos que por algún interés personal y sabiendo quiénes integramos esa tropa, pretenden otros afanes, por lo cual con delicadeza y educación se les niega su ingreso. Definitivamente sí es un grupo selecto de amigos muy identificados entre sí, que ha permitido esta permanencia de tantos años ininterrumpidos, procurando siempre la armonía.

Hoy queremos recordar y rendirles un reconocimiento y veneración a los amigos de este fabuloso grupo que, por la ley de la vida, han partido y durante mucho tiempo concurrieron con nosotros brindándonos aparte de su amistad, solaz, placer y entendimiento, ellos son: Alfonso Torres, Ricardo Morales, Ricardo Succar, Mario Hernández, Chuy del Moral, Chuy Urteaga, Manuel García, Ismael Padilla, Arnulfo Padilla, Juani Torres Landa, Miguel Montes, Benjamín Aboites, Santiago Hernández Ornelas, Aurelio García, Ricardo Valdez, Cándido García y Jorge Kirchner.

Honor para ellos y que descansen en paz ¡los extrañamos!

 

RAA

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