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Perdonavidas

La actitud perdonavidas del Presidente es un asomo del pensamiento tiránico que lo caracteriza, uno que lo hace pensar, con absoluta certeza, que su poder incluye las vidas y haciendas de sus "súbditos".

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A confesión de parte, relevo de pruebas: el Mesías Macuspeño ya ha confesado en sus sermones matutinos, entre otras cosas, que hablaba con el presidente de la SCJN (Zaldívar) para indicarle cómo le gustaría que fallara la Corte, que por coincidencia siempre debía ser a favor del Poder Ejecutivo.

Es decir, las decisiones inconstitucionales que tomaba -y toma- quería que fueran aprobadas por la SCJN, una intromisión por demás ilegal, pues viola la sacrosanta independencia de los Poderes de la Unión.

Esta división de Poderes es algo que navega contra la religión comunista del tabasqueño y seguidores y monaguillos: ellos creen en el poder absoluto del Tlatoani, no en la Constitución, ni en la transparencia, y menos en la rendición de cuentas de los servidores públicos.

A lo anterior habrá que agregar una nueva confesión: reveló ayer el macuspeño intentar violar la Constitución de nuevo revelando que a su amigo (así lo calificó) Salinas Pliego, de TV Azteca, le ofreció condonarle 8 mil millones de pesos de impuestos que presuntamente le adeuda al SAT.

Específicamente nuestra Constitución prohíbe a los gobernantes condonar impuestos, aplica la regla de que éstos deben ser justos y equitativos: es decir, si otros empresarios pagan íntegro el adeudo que el SAT afirma que existe, no tiene por qué el Presidente -por sus pistolas- perdonarles a otros (sólo porque son sus amigos) el pago de sus obligaciones fiscales.

Este tipo de trato crea -de facto- dos categorías de ciudadanos desiguales: los que son amigos del Presidente reciben un trato preferencial y los que no lo son, uno discriminatorio.

Esta es oootra manifestación del comportamiento antidemocrático del Tlatoani Tabasqueño, quien piensa que el dinero de nuestra hacienda pública le pertenece y que puede disponer de los bienes públicos a su antojo.

Esta actitud perdonavidas del Presidente es un asomo del pensamiento tiránico que lo caracteriza, uno que lo hace pensar -con absoluta certeza- que su poder incluye las vidas y haciendas de sus "súbditos".

Da a entender el Presidente que este pleito de RSP con el SAT se va a prolongar y que muy probablemente tendrá que encargarse su sucesor, y esto indica que ha resuelto el autócrata no hacer nada para intentar cobrar el presunto adeudo.

Ello porque en una reunión de ambos -según dijo él mismo- su ofrecimiento de una "quita" de 8 mil millones de pesos fue rechazada por el magnate.

Este hecho no deja de mostrar un intento más del Tlatoani de pasarse nuestras leyes por el arco del triunfo indicando que para él la única ley que vale es la de su voluntad, su capricho o su ocurrencia del día.

Ahora que, por el lado del empresario, y siendo un caso que está "sub júdice", no sabemos si es o no cierto que debe lo que dice el SAT; obviamente el magnate piensa que no, o ya lo hubiese pagado.

Y de si tiene o no razón el SAT, eso lo determinarán los juzgados en los que se encuentra la disputa: es un tema legal, y no político como lo presenta el Presidente.

Realmente no se puede culpar a un empresario, el que sea, por intentar reducir -legalmente- la carga fiscal que debe soportar aplicando las deducciones que la ley permite.

Suponemos que la disputa es porque el SAT no quiere aceptar ciertas deducciones que la empresa piensa que son legítimas, de ahí que se encuentre el caso ante juzgados.

Por lo mismo, queremos señalar que nuestro tema central es la revelación en sí, en boca del Presidente mismo, de que ofrece tratos especiales y quitas de impuestos cuando nuestra Constitución se lo prohíbe.

Ahora que este tema se pondrá interesante, creemos, porque si no se resuelve en este sexenio tendrá que resolverse en el siguiente.

Si le toca a la señora Sheinbaum resolverla, ¿intentará ella también -al igual que su mentor- negociar quitas, o simplemente dejará que los juzgados decidan y una vez causando sentencia el caso, ejecutarla tal cual?

Ahora que si este asunto le cae en el regazo a Xóchitl Gálvez, ¿cuál será su actitud frente a esta fuerte diferencia de opiniones y cómo la resolvería?

No se vayan, fanáticos, que esto se va a poner bueno.

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