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Éctor Jaime Ramírez Barba

¡Primero nuestra salud!

Con el cambio de gobierno que se avecina en octubre de 2024, se abre una oportunidad vital para que México replantee su compromiso con la salud de sus habitantes y garantice no sólo la expectativa de vida, sino la calidad de la misma.

Escrito en Opinión el
¡Primero nuestra salud!

“La salud no es un juego político, es el reflejo más sincero del compromiso de un gobierno con su gente” 

Mayra Galindo

La salud es un derecho fundamental, una promesa de bienestar y dignidad que cada gobierno debe procurar para sus ciudadanos con la máxima prioridad. 

En el cúmulo de retos que enfrenta México, la salud de la población se erige como uno de los más críticos, dada la inversión pública que, hasta ahora, ha resultado insuficiente. Con el cambio de gobierno que se avecina en octubre de 2024, se abre una oportunidad vital para que México replantee su compromiso con la salud de sus habitantes y garantice no sólo la expectativa de vida, sino la calidad de la misma.

La Red por la Atención Integral de las Enfermedades Crónicas (RAIEC), apoyada por diversas organizaciones y grupos de pacientes, ha delineado un decálogo de acciones que bien podrían servir como pilares para una política de salud renovada y eficaz:

1.- Gobernanza participativa: Este principio es fundamental para garantizar que la voz de quienes viven con enfermedades y sus familias sea escuchada. La participación no debe ser simbólica, sino un mecanismo institucional que co-diseñe las políticas de salud y las estrategias de intervención. Cada paciente es un universo de experiencia y conocimiento que debe ser valorado.

2.- Transparencia y rendición de cuentas: La claridad en el manejo de los recursos y en la toma de decisiones es esencial para construir confianza entre la población y las instituciones. Los pacientes deben tener acceso a la información detallada sobre las acciones planeadas y los indicadores de desempeño que impactan directamente en sus vidas.

3.- Acceso a la información: La información es poder, y en el contexto de la salud, este poder puede ser salvador. Un Instituto de Enfermedades de Baja Prevalencia que genere y haga accesible información confiable sería un activo invaluable para pacientes y profesionales de la salud por igual.

4.- Prevención y atención integral: La prevención es la piedra angular de un sistema de salud robusto. Aumentar los diagnósticos tempranos y asegurar una atención integral oportuna puede cambiar la trayectoria de la vida de un paciente, más aún cuando se trata de enfermedades sin cura pero con tratamientos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida.

5.- Inversión para la atención integral de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT): Las ECNT requieren de una inversión que vaya más allá de lo programado. Es vital que estos recursos sean asignados con visión y humanidad, alcanzando a quienes más los necesitan y no solo a quienes representan un número significativo en las estadísticas.

6.- Trato sin discriminación e incluyente: La equidad en la atención de salud no es negociable. Incrementar el gasto per cápita y eliminar las brechas, especialmente desde una perspectiva de género y condiciones de diseño universal, es un deber ineludible del estado.

7.- Atención accesible y oportuna: Los largos tiempos de espera y la burocracia no deben ser una barrera entre el paciente y su derecho a la salud. Un sistema de citas y referencias ágil y humano es fundamental para garantizar la oportunidad de una vida digna.

8.- Más y mejores medicamentos: La disponibilidad de tratamientos, especialmente aquellos innovadores, debe ser una prioridad. El acceso a medicamentos de última generación no debe ser un lujo, sino una realidad alcanzable para todos los mexicanos.

9.- Protección financiera: El gasto catastrófico en salud es una realidad que empobrece a las familias y desgarra el tejido social. Políticas que reduzcan este gasto y lo compensen no solo son un acto de justicia, sino una inversión en la estabilidad económica y social del país.

10.- Educación que empodera: Informar y educar sobre hábitos saludables y derechos en el acceso a servicios médicos es empoderar a la población para que tomen control de su salud y bienestar. La capacitación constante del personal médico asegura un servicio actualizado y sensible a las necesidades de los pacientes.

Desde la RAIEC hacen un llamado urgente a todos lo que trabajan en el sector salud, entidades públicas o privadas, así como a los actuales o futuros tomadores de decisiones para que, a través de una nutrida participación que incluya a la sociedad civil, se logre generar acuerdos y co-diseñar soluciones que ofrezcan a las personas mayor bienestar y mejores perspectivas y resultados según la enfermedad o condición de salud con la que viven.

México tiene que transitar a un sistema de salud democrático y humano, enfatizan asociaciones civiles como Fundación Mario Robles Ossio, FUCAM, Tómatelo a Pecho, Unidas contigo, Medical Impact, Grupo Fabry de México, Federación de Educadores en Diabetes de México, entre muchas más. 

Con la voz alzada citan que con la expectativa y calidad de vida no se juega: ¡Primero nuestra salud! y ¡Que la voz del paciente cuente! Yo, en escucha activa.

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