Cada mes de enero los consejeros ciudadanos que integran el Patronato de la Feria Estatal de León reciben, desde hace muchos años y de manera gratuita, 3 boletos en zona VIP para disfrutar de los artistas que se presentan en el palenque de gallos, y este año además habrá que agregarle otros 4 boletos en el área de fila cero, para que disfruten gratuitamente los conciertos de artistas nacionales e internacionales que se van a presentar en el teatro del pueblo. 

En este asunto hay quienes sostienen -la mayoría- que dichas prestaciones deben considerarse como simples cortesías que se justifica otorgar a los ciudadanos que participan de manera “desinteresada” en el Patronato de la Feria, ya que es una forma de agradecer el tiempo personal que ellos invierten en la organización del máximo evento de nuestra ciudad. 

Por el otro lado hay quienes consideran -la minoría- entre los que me incluyo, que este tipo de prestaciones están más bien ligados a recibir un privilegio que no se justifica y al que no tiene acceso casi nadie más, que precisamente hace que, en lugar de fomentar la participación ciudadana desinteresada, provoca exactamente lo contrario. Ahora muchos entenderán porqué es tan codiciado ser nombrado consejero de este organismo público. ¿Qué pasaría si este tipo de “cortesías” no existieran? ¿habría el mismo interés en participar?

En mi opinión, otorgar cualquier tipo de privilegio a los consejeros ciudadanos distorsiona e incluso genera un conflicto de interés ante lo que debe ser una convicción sin ninguna otra intención que la de apoyar a la autoridad municipal en una de sus obligaciones, en este caso la de la organización de la feria de la ciudad. 

Pero además, en esta Administración representa una incongruencia ante la actitud que ha demostrado la alcaldesa Alejandra Gutiérrez, quien lejos de aprovecharse de algunas facilidades que por su posición pudiera tener, ha puesto el ejemplo formándose en las filas para ingresar a los espectáculos, como la pista de hielo, aceptando incluso los lugares que le designe el personal que trabaja en la feria.

La cucharada de regalos para los consejeros tiene un valor en el mercado de más de 320 mil pesos por cada uno de ellos, pero si el Patronato decidiera comercializar todos esos boletos en lugar de obsequiárselos, se podrían obtener casi 5 millones de pesos, con lo que se podría contratar un espectáculo de muy buen nivel al que tuvieran acceso todos los visitantes de la feria.

Al final ciertamente tengo que reconocer que este es un asunto que no genera una postura unificada y más bien divide opiniones, hay quienes lo ven normal o al menos lo convalidan, y hay quienes lo vemos como injustificable e insensible con la mayoría de la población, por ello, y como cada año lo he venido haciendo, primero como consejero ciudadano y ahora como representante del Ayuntamiento en el Consejo Directivo del Patronato de la Feria, el paquete de boletos que me corresponde será regalado a los ciudadanos, una parte a través de medios de comunicación y redes sociales, y otra más será distribuida a servidores públicos que por su esfuerzo y entrega en el trabajo se los merecen y que a veces no tienen acceso a este tipo de privilegios.

Considerando que seguramente esta será mi última cruzada quijotesca personal para eliminar este tipo de privilegios, me ha quedado claro y puedo concluir que he fracasado, pues nadie ha secundado mi iniciativa y no he sido ejemplo para ninguna o ninguno, me quedé chiflando en la loma, pero me preocupa que a veces Morena pueda tener razón cuando habla de su desconfianza por ciertas acciones de la sociedad civil.

Por José Arturo Sánchez Castellanos

Escrito en Opinión el 12/1/2024 · 06:00