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El voto pesa

Se acerca un punto de inflexión en la historia de México. Vienen decisiones trascendentes en 2024. El Presidente ha propuesto que la próxima elección sea una especie de referéndum sobre el modelo de gobierno que queremos.

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El voto pesa

En la elección de 2024 estarán sobre la mesa temas que definirán el futuro de México. Hoy la participación importa más que nunca".


 

Winston Churchill decía que "la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras que de cuando en cuando se intentan". Evidentemente, es imperfecta. Aun en países desarrollados tienden a votar más los viejos que los jóvenes, a pesar de que estos últimos vivirán más tiempo con las consecuencias de malos gobiernos. El ejemplo de Brexit es claro. Muchos jóvenes se abstuvieron y un alto número de electores votó sin entender la importancia de su decisión. Baste decir que al día siguiente del referéndum, la búsqueda número uno en Google fue "qué es Brexit". El resultado de separarse de Europa ha probado ser un error para el Reino Unido, que ha padecido la salida de muchas empresas hacia Europa continental, un éxodo de inversionistas y una pérdida de relevancia internacional.

En países menos desarrollados, prácticas clientelares sesgan el voto a favor de malos gobiernos. En unos y otros el abstencionismo les resta legitimidad a los resultados. Sin embargo, sigue siendo posible afirmar que, a pesar de sus limitaciones y de que la democracia está lejos de garantizar buenos gobiernos, sí al menos ofrece una vía para que los malos gobiernos se vayan, facilitando la alternancia. Es ahí donde está México. En las 331 elecciones federales y locales organizadas por el INE en 9 años, en más de 62% de éstas se votó por un cambio de partido en el poder, en las 56 elecciones para gubernaturas estatales esa cifra ascendió a 70%. ¿Quizá eso explique la urgencia con la que Morena busca desacreditar al INE y quitarle recursos? Hoy serán ellos los más expuestos a que los electores los castiguen, moviendo ese péndulo en la dirección opuesta.

Muchos nos preguntamos cómo hubiera sido el desempeño de Morena en este sexenio si la participación en la elección de 2018 hubiera sido más alta. Claramente, ni ellos esperaban una victoria tan abrumadora. Eso quizá explica que en sus listas de plurinominales incluyeron a militantes que ni remotamente tenían el perfil para ser legisladores, y que al haber llegado al Congreso han mostrado contundentemente sus limitaciones.

En 2018 sólo votó 63.5% del padrón, y el voto fue más numeroso en el sur del país -que típicamente favorece a partidos de izquierda- que en el norte. Si la participación en el norte hubiera sido como en 2012, el resultado podría haber sido el inverso, o al menos uno muy cerrado. Eso se hubiera reflejado en un Legislativo mucho más balanceado. Para quienes afirman que AMLO hizo mucho mejor papel como jefe de Gobierno en la Ciudad de México que como Presidente, esa es una posible explicación. En la ciudad tuvo un Legislativo que limitó sus decisiones y le evitó irse de bruces, como sí lo ha hecho como Presidente. En esa elección también llama la atención el abstencionismo entre jóvenes, y el hecho de que hayan salido a votar menos quienes tienen más educación que quienes sólo terminaron la primaria.

Se acerca un punto de inflexión en la historia de México. Vienen decisiones trascendentes en 2024. El Presidente ha propuesto que la próxima elección sea una especie de referéndum sobre el modelo de gobierno que queremos. Entre otras cosas, están sobre la mesa la separación de poderes, el perfil que tendrá la Suprema Corte, la supervivencia de órganos constitucionales autónomos y la militarización del país. Estas decisiones definirán nuestro futuro y las oportunidades a las que podrán aspirar las próximas generaciones de jóvenes.

Sabemos que, además, organizaciones criminales tratarán de volver a influir en el resultado de la elección, como ya lo hicieron en elecciones locales. La única forma de diluir tanto la influencia de éstas, como la del voto clientelar, es con alta participación de la ciudadanía libre.

Hoy importa más que nunca incidir en la participación, asegurarnos de que quienes nos rodean tengan una credencial de elector al día y de que tomen consciencia de todo lo que está en juego. No se trata necesariamente de influir en su decisión, sino de buscar que el resultado de la elección sea un reflejo fidedigno de la voluntad de los mexicanos.

 

@jorgesuarezv


 

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