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Razón contra emoción

Dejaron de importar hechos, errores, muertos, niños con cáncer, feminicidios, pobreza, estancamiento, despilfarro, corrupción o ineptitud. Hoy no importa qué pensamos sino quiénes somos.

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Razón contra emoción

En un país donde se ha impuesto la política de identidad, la oposición tiene que apelar a la emoción, no a la razón".

 

La principal víctima de la 4T ha sido la verdad. Dejaron de importar hechos, errores, muertos, niños con cáncer, feminicidios, pobreza, estancamiento, despilfarro, corrupción o ineptitud. Hoy no importa qué pensamos sino quiénes somos. Eso imposibilita diálogo o debate. Se puede convencer para cambiar de opinión, es imposible hacer que se deje de ser.

Ese es el fatídico legado de la política de identidad que ha impuesto este gobierno. Igual en EU, donde acaba de pasar algo sorprendente. Durante la elección de 2020, Trump introdujo "la gran mentira", como se le ha llamado al mito de que Biden robó la elección. Entre otras tretas, acusó a los Demócratas de manipular las máquinas donde se introducen los votos para que éstas convirtieran votos Republicanos en Demócratas. Fox News, la cadena noticiosa leal a Trump, hizo eco de esa patraña. Uno tras otro, sus comentaristas repitieron fantásticas elucubraciones al darles foro a sicofantes del ex Presidente. Nunca hubo evidencia pues decenas de investigaciones en estados, con gobiernos Republicanos, fueron incapaces de encontrar un caso que pusiera en duda el imparcial funcionamiento de máquinas para votar de dos proveedores: Dominion Voting Systems y Smartmatic.

La duda plantada por Fox ponía en riesgo la percepción de imparcialidad de estas empresas, por lo que ambas decidieron demandar a la cadena por 1,600 y 2,700 millones de dólares respectivamente. La semana pasada, Fox decidió negociar un acuerdo, pagándole a Dominion 787.5 millones de dólares para evitar un juicio que evidenciaría que habían mentido intencionalmente. Probablemente, viene un pago de más de mil millones para el segundo proveedor.

El problema no está en que un medio noticioso mienta intencionalmente. Lo preocupante es que, en textos entre los principales comentaristas, que se filtraron, resulta evidente que sabían que mentían. Varios manifestaron detestar a Trump y a su equipo, y resultó claro que la decisión de la cadena fue decirle a su público lo que quería oír. Sabían que si simplemente admitían que Biden ganó a la buena, corrían el riesgo de perder para siempre a esa audiencia, pues migraría a medios más extremos y sesgados. La verdad dejó de importar.

Con toda proporción guardada, en México pasa lo mismo. Una parte no menor del electorado cree que todos los males de México son culpa de Calderón, que la corrupción se acabó, que la pobreza ha bajado, que el manejo de la pandemia fue adecuado, que el Ejército en las calles nos hace más seguros, que el INE y la Suprema Corte son corruptos, que Pemex es nuestro futuro, que todos los empresarios son abusivos y que el Presidente es víctima del cruel ataque de medios y de quienes temen perder privilegios. No habrá datos que los convenzan, siempre habrá otros que ellos preferirán creer, por disparatados que sean. No hay evidencia que valga, simplemente no la quieren ver. No habrá un argumento tan inteligente como para que lo quieran escuchar.

Eso importa hacia las elecciones de 2024. La estrategia para ganarlas no pasa por la elocuencia, sino por la capacidad de movilizar al electorado. La oposición necesita, sobre todas las cosas, que la candidatura a la Presidencia sea ocupada por una persona carismática que saque a votar no sólo a los que siempre han estado contra AMLO, sino también a quienes se sienten traicionados -mujeres, artistas, académicos, profesionistas, científicos- y a quienes tradicionalmente no votan: los jóvenes. La única forma de ganar será con altísima participación. La baja participación por errar en la candidatura de oposición puede darle a Morena mayorías constitucionales.

En la reciente pasarela de posibles candidatos se expusieron razones, críticas y propuestas.

Este no es un momento para apelar a la racionalidad, sino a las emociones. Hoy, más que nunca, se requiere de una candidatura que excite, que rete a la narrativa que AMLO quiere imponer: conservadores vs. transformadores. Midamos con ese tamiz a quienes quieren esa candidatura. Esta será la elección más importante en décadas pues los caminos posibles son hoy más divergentes que nunca.

 

@jorgesuarezv


 

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