Sin importar la situación de desabasto de agua desde hace tres semanas, Patricia Vega se esfuerza por mantener el buen servicio e higiene en su cocina económica, negocio que, asegura, va al corriente con sus pagos por el suministro que cada mes son de 400 a 500 pesos.

Desde hace tres semanas Patricia sufre el desabasto de agua en su negocio, una cocina económica ubicada en la colonia Morelos de Pachuca, una de las tantas zonas en la capital del estado que padece ese problema de manera recurrente.

Gracias a la reserva que tenía en uno de sus tinacos, Patricia, quien atiende un local de comida por las mañanas y que funge como taquería por las noches, logró sortear el problema del desabasto de agua en meses pasados.

Sin embargo, en las últimas semanas empeoró la situación, pues la reserva se le terminó y desde hace tres semanas no cae ni una gota en su negocio ubicado en la calle Camerino Mendoza.

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AFECTACIONES EN EL SERVICIO BRINDADO

En entrevista con AM Hidalgo, Patricia dijo que atiende la cocina económica de 10:00 a 17:00 horas y recalcó que el desabasto de agua afecta su negocio en todos los aspectos.

Primero, al ser un establecimiento de comida ha tenido que buscar alternativas como el acarreo de agua desde otros tinacos con los que cuenta su local, al igual que otros comerciantes, para poder preparar sus alimentos.

De igual manera, para higiene de sus comensales el recipiente que tiene integrado su lavamanos tiene que llenarlo con agua acarreada, debido a que por las tuberías no llega el líquido.

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RECIBOS LLEGAN PUNTUALES

A pesar de la situación por falta de agua, la mujer que lleva más de diez años con su negocio señala que los recibos de pago llegan de manera puntual por cantidades de entre 400 y 500 pesos.

Sin embargo, detalló que estos son pagados en tiempo y forma, por lo que es contrastante que pague el servicio pero desde hace tres semanas no caiga ni una gota en la zona.

PÉRDIDAS PARA SU NEGOCIO

Al igual que Víctor, comerciante de la colonia Pitahayas que también compartió su historia con este medio de comunicación, Patricia coincidió que el desabasto de agua impacta en sus ventas, ya que la clientela, al conocer la situación, prefiere acudir a otros lugares.

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“Los clientes vienen y con la poca agua que nos queda se lavan las manos, lavamos trastes y desinfectamos todo, pero muchos piensan que como no nos cae ni una gota no tenemos los cuidados de siempre, pero no es así, hemos aprendido a cuidar el agua y valorar la poca que pudimos guardar”, comentó Patricia.