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Presa El Zapotillo: Cuidan 750 millones de pesos en materiales abandonados

Dos veladores vigilan ductos olvidados del acueducto que traería a León agua del Zapotillo. En precarias condiciones, hacen lo que pueden para que no destruyan o se roben en pedazos los gigantescos tubos, averiados ya por el paso del tiempo

Escrito en León el
Presa El Zapotillo: Cuidan 750 millones de pesos en materiales abandonados

León, Guanajuato.- En un desolado terreno en la parte alta de Barranca de Venaderos, a no más de 200 metros del bulevar Las Joyas, Jorge Torres Muñiz, de 75 años, cuida de los gigantescos tubos que formarían parte del acueducto del Zapotillo para traer agua desde Jalisco a León.

Fue contratado por una empresa de seguridad privada denominada Sepromosu S.A. de C. V., que tiene su sede en Naucalpan, Estado de México

Le pagan 1,500 pesos a la semana y cuando pide aumento le dicen que no hace nada.

Don Jorge vive en un vagón de ferrocarril que abandonó la empresa española Abengoa, que era la encargada de colocar los ductos que miden 14.53 metros de largo por 86 pulgadas (2.15 metros) de diámetro, y pesan más de dos toneladas.

Don Jorge resguarda 64 ductos que ya muestran los efectos del abandono. 

Son las ruinas del acueducto, mudo testimonio del fracaso de un proyecto que no se pudo concretar durante administraciones anteriores y al que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le dio el tiro de gracia, el 14 de agosto de 2021.

El costo total de los tubos que llegaron a León es de 750 millones de pesos. 

La obra, en la que se invirtió una cantidad imposible de precisar de fondos del gobierno federal, quedó interrumpida en 2017 porque Abengoa alegó que no se habían liberado los terrenos que necesitaba. 

La empresa que vendió los tubos también demandó a Abengoa, que nunca los pagó.

"Muchos vándalos ya les han robado las cruces de fierro que tienen los tubos para que no se deformen, pero el calor, el polvo, ya está acabando con el revestimiento exterior e interior; si no estuviéramos cuidándolos, seguro que ya se los hubieran robado en partes", señaló don Jorge, que para protegerse construyó una cerca de espinas alrededor del vagón.

"No sabemos qué van a hacer con ellos, antes venía gente de Sapal a revisarlos, pero ya ni ellos. Han venido elementos de la Guardia Nacional pero hasta me corren y me amenazan con meterme al bote", añadió el guardia.

A un kilómetro de distancia, cruzando el bulevar Las Joyas, dentro de la comunidad de Refugio de Rosas, cerca de Corral de Piedra y de la autopista a Aguascalientes, hay otro grupo de ductos.

Dolores Martínez, a quien ocupan de velador, dice que después de que el gobierno federal acabó con el proyecto del Zapotillo, nadie va por allí.

"Ya no viene ni gente de Sapal, ni de la Conagua; antes era mucho movimiento, pero ya no hay nada de eso, solo los vagos que quieren robarse el material", añadió "Lolo", como lo conocen todos, mientras vigila acompañado de sus perros.

Sobre los ductos, el director del Sapal, Enrique de Haro Mandonado, señaló que la custodia está a cargo de la Conagua y que a la dependencia federal le toca decidir su destino.

Historia fallida

  • El acueducto para traer agua a León desde la presa El Zapotillo se asignó a la empresa Abengoa en septiembre de 2011. Se dijo que estaría listo en 2015.
  • Pero la obra se retrasó, aunque en enero de 2016, Sapal anunció que ya habían llegado a León los primeros 75 metros de tubería para arrancar con ella. Muy poco se hizo.
  • En  agosto de 2017, Abengoa renunció a la obra y responsabilizó a Conagua y a los gobiernos de Guanajuato y Jalisco por no liberar los terrenos necesarios para hacerla.

MCMH

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