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Cuarteto de Alientos de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Auditorio Mateo Herrera

Piezas de Eugène Bozza, Jaques Ibert, Laszlo Lajtha, Mike Curtis y Nino Rota resuenan en el Auditorio Mateo Herrera ejecutadas por los talentosos músicos de la orquesta 

Escrito en Cultura el
Cuarteto de Alientos de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Auditorio Mateo Herrera

El Cuarteto de Alientos de la Orquesta Sinfónica Nacional se presentó en el Auditorio Mateo Herrera del Forum Cultural Guanajuato donde deleitó a los asistentes con un breve pero "refrescante" recital, perfecto para una calurosa noche de mitad de semana.

El repertorio con el que este cuarteto de talentosos músicos agasajó a los oyentes incluyó piezas de Eugène Bozza, Jaques Ibert, Laszlo Lajtha, Mike Curtis y Nino Rota que han sido pocas veces presentadas.

"Estamos muy contentos de poder estar aquí hoy. Muchas gracias por haber asistido a nuestro concierto", dijo a nombre de sus compañeros Luis Arturo Cornejo, clarinete del cuarteto.

Se disponían a interpretar la primera pieza, Trois pièces pour une musique de nuit (Tres piezas para una música de noche) de Eugène Bozza, cuando un imprevisto tecnológico rompió el hielo en el recinto. El iPad de la maestra Wendy Holdaway (Fagot) se negaba a funcionar para ver las partituras. En tanto, Cornejo explicó al público los instrumentos que componen el ensamble.

Luego de la disputa humano-máquina, de la que la instrumentista salió avante, con un toque involuntario de comicidad, dio luz verde para comenzar el concierto:  "Entonces ya, si la diosa de la tecnología nos echa un buen ojo, vamos a comenzar". Este inesperado suceso marcó el tono desenfadado de la velada que, contrario a lo que se podría pensar, lo hizo aun más disfrutable.

Tras las últimas notas del movimiento Moderato de esta suite, los aplausos ocuparon el espacio sonoro de la sala que, si bien no estaba llena, albergaba un muy entusiasta público.

El flautista Ernesto Diez de Sollano presentó la segunda pieza, Deux Mouvements (Dos movimientos) del también francés Jacques Ibert, destacado compositor del siglo XX. 

De Francia, la flecha apuntó hacia Italia, pero con un poco de intervención mexicana. La tercera pieza del recital es la única que no fue compuesta de origen para alientos; reto no menor el "arreglo del arreglo del arreglo" -Como él lo denominó- del oboísta Carlos Rosas sobre Le Notti di Caribia (La noche de Caribia) del compositor Nino Rota.

El propio Rosas, con un poco de spoiler al presentar la pieza, explicó que ésta es parte de la banda sonora del filme Las noches de Caribia de Federico Fellini (1957) que relata la historia de una meretriz que va por las calles de Roma buscando el amor.

La penúltima parte del concierto, fue presentada por la maestra Holdaway, pues su instrumento fue el protagonista de la misma. Se trató de Quatre Hommages Op. 42 (Cuatro homenajes) del etnomusicólogo húngaro Laszlo Lajtha quien elogió, a través de su música, a tres destacados compositores franceses y a un libro: Clément Jannequin (compositor francés renacentista), François Couperin (También compositor francés, pero del barroco), Maurice Ravel (Compositor francés del Siglo XX) y al libro Colas Breugnon de Romain Rolland.

Esta suite fue la parte más celebrada de la velada pues con un pequeño toque performático encantó a la audiencia. Cuando parecía que Holdaway tocaría en solitario, poco a poco se fueron incorporando los demás integrantes del cuarteto. 

En mitad de la pieza, de forma casual tal como si hubiese decidido tomar un descanso, Diez de Sollano se sentó al borde del escenario y contemplaba el inmueble mientras sus compañeros ejecutaban los homenajes.

Ante un público confundido, se desveló que este detalle no fue fortuito en este desacartonado recital, sino más bien parte planeada del espectáculo; destacados con un juego de luces, por un momento fagot y flauta interpretaron a dueto. 

Para cerrar el espectáculo, el ensamble sinfónico interpretó A Klezmer Wedding de Mike Curtis, un tipo de música tradicional judía que data de la Edad Media que sigue conservándose actualmente la tradición. 

La propuesta fue tan bien recibida, que la concurrencia aplaudió con tal ánimo el final de la presentación y a los músicos no les quedó más que corresponder con una pieza extra.

"Muchas gracias por estar aquí hoy, estamos muy contentos de haber recibido un público tan cálido y con la sala que nos recibió tan cálidamente. En nombre de la Sinfónica Nacional, venimos con muchísimo gusto a entregarles nuestra música. Le queremos dedicar este concierto, aunque sea un poco tarde, a las mamás", concluyó Ernesto Diez de Sollano.


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